Antes de nacer: la nada
Mi "amigo, hermano y compañero", Javier, me dijo hace unos años que ésta era mi primera vida. Y ante la pregunta de que era yo antes de ésta primera manifestación, él me respondió: Nada. Algo que en ese momento me resultó inaceptable. Estaba seguro que su respuesta estaba basada en un total desconocimiento de la situación y que era producto de una negativa a admitir que hay cosas que los espíritus desencarnados que ofician como "guías" desconocen y se niegan a admitir.
Cómo Yo podía ser Nada antes de nacer?! Por más que esta fuera mi primera encarnación!
Pero Javier tenía razón! Y si se me ocurre ser injusto con mi "amigo, hermano y compañero", así es como él me llama, podría decir que su afirmación fue casual. De lo contrario tengo que pensar que tiene más conocimientos que quienes lo estan instruyendo.
Y ésto lo pude entender, o admitir, muchos años después, leyendo a Ramesh Balsekar y, sobretodo, a Nisargadatta Maharaj, lo que acompañaba un proceso de desintegración del ego, en dónde puedo percibir que yo no soy el protagonista, de "la vida", del "juego de cartas", como diría Nisargadatta, o de la Matrix, como podría decir David Icke, sino que soy un testigo.
De todas formas, puedo quebrar una lanza por ese ego agonizante que no admitía haber sido nada, que, en su momento, él (o Yo?), le dije a Javier que me había dado cuenta de que hiciera lo que hiciera no tenía ningún control sobre los hechos y las consecuencias. El me dijo: No te mientas. Pero sus intereses eran otros, en ese momento. Ponerse del lado de su médium!
Y eso fue el primer paso para darme cuenta de la idea que más tarde encontré en Ramesh sobre la no existencia de un "hacedor". Nadie hace nada. No vivimos sino que somos vividos. La Vida hace. O, como dice Ramesh, todo se hace de acuerdo a la voluntad de Dios, entendiendo a Dios como la fuente de lo manifestado, nosotros, entidades cuerpo-mente, computadoras, máquinas, diría Gurdjieff.
Y en un momento entendí que de la Nada surgió espontáneamente un pensamiento, conciencia de ser, el Yo Soy, y con él un universo privado. En un comienzo, ese pensamiento que surge como la hierba entre las rocas, como un liquen, comienza idenficándose con el cuerpo que también aparece sin control ninguno por mi parte, como un momento de placer, supongo, entre dos seres ya existentes, que se complementan en la dualidad por ser "opuestos", masculino y femenino. Y 50 años después entiendo que ese pensamiento de ser, esa sensación de existencia, ese sabor que recorre o sobrevuela éste cuerpo, es la base de la existencia. Incluso del tiempo. El espacio y el tiempo empiezan con el pensamiento o sensación de Ser. Antes no hay tiempo. No hay nada. Hay Paz.
Pero ese pensamiento Yo Soy apareció sobre algo. Muchos guías usan el ejemplo de la pantalla de cine. O del cielo y las nubes como pensamientos. Ese pensamiente aparece en algo. Yo soy testigo de que hay un pensamiento que dice que Yo Soy. Pero yo no soy el cuerpo que apareció sin mi voluntad ni el pensamiento o la conciencia que también aparecieron sin mi voluntad. Ellos aparecieron en Mi. Yo soy la pantalla, por decirlo de alguna forma. Yo soy el cielo que no se ve afectado si las nubes están o si no. El cuerpo y la mente aparecen en mi como personajes de una película al igual que los "otros" que aparecen en mi pantalla. El conocimiento de ser, el Yo Soy, también aparece en mi y va a durar un tiempo, una vida; pues, para que ellos aparezcan, era necesario el tiempo, van a "vivir".
Yo voy a ser el testigo inmutable, como la pantalla de cine ante las películas que se proyectan y cuando la energía que sostiene a esa máquina se agote y cada parte vuelva a su origen, lo material, de lo que están hechas incluso las estrellas, el elemento Tierra, volverá a la Tierra, y lo que es energía vital, volverá a la energía vital univeral y yo, aquella Nada de la que me había hablado Javier, seguiré siendo como tal, eterna, total, absoluta, inmutable, en paz y felicidad.